El caballo en la actualidad se sigue utilizando para los mismos fines que a lo largo de la historia, es decir, como fuente de alimento, para el trabajo en el campo y en los escuadrones de caballería tanto militares como en los distintos cuerpos de seguridad.
No obstante, a los anteriores se les han sumado el uso deportivo, recreativo y rehabilitador. Siendo estos los que más importancia están adquiriendo por el volumen de negocio que generan. De hecho nos encontramos países como Francia en los que llega a ser uno de los sectores que más aporta al producto interior bruto del país.
Es por todo esto que el uso y cuidados del caballo cada vez está más regularizado y necesita por tanto de más profesionales para sacarle el mayor partido a este bello animal, salvaguardando siempre su bienestar físico y mental.
En España el deporte se rige por la Federación Hípica Española, la cual a su vez se guía por la Federación Ecuestre Internacional. Así en nuestro país se practican múltiples deportes hípicos como son: salto, doma, completo, raid, doma vaquera, TREC… cada uno con un reglamento específico y sus competiciones tanto territoriales como nacionales a todos los niveles, desde alevines a los adultos.
A nivel recreativo en la actualidad se ha abierto un amplio abanico dentro del turismo activo y en la naturaleza, así cada vez son más los centros que ofrecen rutas a caballo.
Todo ello ha supuesto la necesidad de personas cualificadas.
Sus Orígenes
La Teoría Evolucionista afirma que las especies fueron evolucionando y diversificándose a partir de un tronco común, gracias a la selección natural, que implica la supervivencia de los animales con las características más útiles o que mejor se adaptan al medio, y a la extinción de aquellos miembros de la especie que no lo cumplan.
El primer antecedente del caballo actual se llama Eohippus, se calcula que tiene aproximadamente unos 55 millones de años de antigüedad. Este era un pequeño mamífero herbívoro que tenía tamaño similar al de un zorrillo (unos 30 centímetros aproximadamente). Esta especie fue evolucionando como consecuencia de los cambios climáticos. Las principales adaptaciones que se fueron produciendo a lo largo de los milenios y que por tanto permitieron a la especie sobrevivir y legar a lo que es hoy fueron:
- Aumento de tamaño.
- Pasaron de tener 3 y cuatro dedos a formarse un casco, lo que le permitía alcanzar mayor velocidad.
- Mejoras en la dentadura lo que les permitió una alimentación más eficiente.
De este modo el antecesor directo del caballo moderno es el Equus caballos. Dentro de este podíamos distinguir cuatro razas básicas, de las cuáles descienden todas las que conocemos hoy
- El caballo del bosque: caballo con cabeza y cascos grandes, posible antecesor de los caballos de tiro.
- El caballo de la meseta: caballo de rasgos más finos, de el descienden los caballos pequeños y resistentes como los mongoles semisalvajes.
- El caballo de la tundra, de esta raza sólo se conoce un descendiente, que se encuentra en las regiones polares.
- El caballo de la estepa: era un caballo ligero, que dio origen a las razas orientales como el árabe.
Los burros aun teniendo el mismo antecesor que los caballos se consideran una especie aparte, puesto que evolucionó de forma paralela.

Fuente: https://laelaps.wordpress.com/category/science/page/2/
Mención especial merece el caballo de retuertas de Doñana, Huelva, la raza de caballos más antigua de Europa y la última que vive en libertad, aislada de otras poblaciones. El hallazgo ha sido descubierto gracias a un estudio genético desarrollado por investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas en colaboración con el Servicio de Cría Caballar y Remonta del Ministerio de Defensa y la Universidad de Córdoba.
El caballo ha sido fundamental en la historia del ser humano desde la época del neolítico, ya que tiene los requisitos fundamentales demás de su predisposición a “servir” y “acompañar” al hombre, como son su fortaleza física y su potente musculatura para acarrear con pesos, aperos de labranza, tirar de carruajes, y su capacidad de recorrer grandes distancias.
El hombre gracias a él ha sido capaz de realizar trabajos que de otra manera no podría. La domesticación del caballo comenzó con un invento decisivo para la humanidad: La rueda.
De este modo existen evidencias de que los primeros caballos pudieron domesticarse alrededor del 5000 A.C. siendo al inicio fuente de comida y leche. No es hasta el 3500 A.C. cuando parece que comienzan a ser montados para cazar además de cómo alimento. Alrededor del 2000 A.C. empiezan a ser usados como animales de carga.
El otro uso fundamental que ha tenido el caballo a lo largo de la historia ha sido el militar. En la Edad Antigua civilizaciones como las romana consideraban al caballo como un “gran guerrero”. Este les permitía desplazarse grandes distancias y transformo la manera de entender la guerra. De este modo los ejércitos contaban con caballerías.
En la edad media destacó la “Escuela de Caballería” española, de modo que se entrenaba a los caballeros para que actuaran en combate, y se generalizó el empleo del corcel en torneos y juegos a caballos durante las épocas de paz, para el entrenamiento en tiempos de guerra. Esto significó el nacimiento de la equitación como deporte, fundándose la primera Escuela de equitación en la ciudad italiana de Ferrara, en el año 1539.
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